La leyenda del Valle del Desterrado
Cuentan que hace muchos años vivía en Santa Eulalia de Oscos un Señor para el que trabajaba un obediente criado.
Un día regresaban de una jornada de caza e iban para oir misa pero se les hacía un poco tarde. El Señor que no quería perderse la celebración ordenó al muchacho que se adelantara galopando y diera orden al cura de retarsar la ceremonia y que a él le diera tiempo a llegar. Así lo hizo el criado apurando su caballo y llegando justo antes de que comenzara la misa. Le dijo al cura que aguardase que su amo estaba en camino, que no tardaría y que tenía mucho interés en oir la misa. El párroco viendo que ya estaba congregado todo el concejo, pese a las súplicas del joven comenzó la liturgia.
Cuando llegó el Señor ya todos estaban abandonando la iglesia, pidió explicaciones a su criado, y después de oir los argumentos se enojó tanto que pidió a su criado que matase al cura o de lo contrario pediría que lo matasen a él allí mismo.
El criado viéndose tan acosado no vio otra opción que obedecer y mató al cura con la esperanza de que no lo prendieran. Pero fue su propio amo quien lo delató y la pena era morir en la horca.
